Como bien dejó escrito Francisco de Quevedo en "La vida del Buscón llamado Don Pablos" en el siglo XVI: <<El que sabe bandear es rey, con
poco que tenga>>. Según
datos proporcionados por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino,
el pasado mes de agosto de 2011 volvió a descender el consumo de alimentos en
los hogares españoles en un 2,4%. Pocos fueron los que notaron este
decrecimiento en la ración de nuestros platos diarios en aquellas fechas. Incluso
algunos al acabar este mes se apuntaron como cada año al gimnasio en septiembre,
alarmados por la percepción de su nueva rechoncha figura.
Fue en este mes, el cual se tiene
genéticamente asimilado como el mes de las vacaciones, donde el pescado fresco
y la carne, tanto de vacuno como de porcino, pasó a un segundo plano en
nuestras prioridades. Pero lo sorprendente es que aunque consumimos menos,
gastamos más, económicamente hablando. Cosas de la
crisis, todo sube menos los sueldos. Existen ciertos productos que destacan
como los más demandados por la sociedad española en el mes de agosto, y se
trata de las bebidas espirituosas. Cosas de las fiestas nacionales y del abundante
ocio que disfrutamos. Aumentó el gasto en bebidas de alta graduación, de vinos
y de cerveza. ¿Quizá fue por esto por lo que no percibimos el decrecimiento de
las proporciones en nuestros platos?
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